Buena nariz.
John Sharp Douglas tenía buen olfato para los jabones finos. Sin embargo, su avance fue gracias a Anna y Maria Carstens. Las hermanas abrieron la primera perfumería Douglas en Hamburgo. Heinrich Eklöh y sus descendientes la convirtieron en una cadena de éxito.
La luna hace brillar los edificios de ladrillo de la Speicherstadt de Hamburgo, el Elba está en calma. El inmigrante escocés John Sharp Douglas se encuentra en la barandilla del tresillo. En su bolsillo, este joven de 29 años tiene todo lo que posee: un poco de dinero y un certificado como jabonero. En su cabeza lleva un sueño: su propia pequeña fábrica. En Escocia, los impuestos le ponen un radio en la rueda: demasiado caro. Estados Unidos habría estado bien, pero la travesía, demasiado...